
Título Original: Captivity.
Dirección: Roland Joffé.
Guión: Larry Cohen, Joseph Tura.
Elenco: Elisha Cuthbert, Daniel Gillies, Pruitt Taylor Vince, Laz Alonso, Michael Harney, Maggie Damon.
Jennifer es una celebridad, un icono de moda, y ahora yace inconsciente en una cama de hierro, con sus tacones colgando del colchón, en una habitación sin ventanas. Se despierta desorientada y confusa. Sus susurros rebotan en las frías paredes desnudas.
Está enjaulada. El televisor del rincón se enciende para mostrar el lujoso apartamento de Jennifer; luego, cambia a otra escena que muestra a Jennifer acurrucada en la parte posterior de una furgoneta, entre recambios, neumáticos y herramientas. Una mano irrumpe en el fotograma y le acaricia el cabello antes de que el televisor se apague de nuevo. El carcelero acaba de hacer su presentación.
En el mundo exterior, dos detectives inspeccionan el escenario. En el apartamento de Jennifer descubren una pequeña urna de cristal llena de un misterioso polvo gris blanquecino. Han visto esto antes, son los restos de una cremación. Comprenden al instante que no les queda mucho tiempo.
De Roland Joffé, director de la premiada película "La Misión" (1986) y "La Letra Escarlata" (1995) basada en la soberbia obra literaria norteamericana del mismo nombre, llega con más de un año de retraso a nuestros cines "Captivity", mal titulada como "El Sótano".
Jennifer Tree (Elisha Cuthbert) es una hermosa modelo de cosméticos que por extraños motivos es secuestrada por un psicópata. Cuando despierta, se encuentra maniatada y en en cautiverio en el ático de una casa, el cual cuenta con la más sofisticada tecnología de punta: proyecciones holográficas, control automático de cada cerrojo y ventana, y una infinidad de cámaras de circuito cerrado que vigilan cada movimiento de la víctima.
Tras un par de días de horribles sometimientos, Jennifer descubre que no es la única atrapada.
Gary (Daniel Gillies) está en una pieza aledaña ala de ella, bajo similares condiciones, y juntos intentarán zafarse de este enajenado mental. A parte de eso, no hay mucho que comentar, más que destacar la posibilidad de hacernos reír en tan poco tiempo (aún sabiendo que se trata de un thriller de terror) y sorprendernos por el poco tacto del director con el ridículo uso del factor sorpresa, prácticamente inexistente.
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