7 mar 2011

El Discurso del Rey












Título Original: The King’s Speech.
Director: Tom Hooper.
Reparto: Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham Carter.


Sinopsis: Tras la muerte de su padre, el rey Jorge V (Michael Gambon), y la escandalosa abdicación del príncipe Eduardo VII (Guy Pearce), Bertie (Colin Firth), afectado desde siempre de un angustioso tartamudeo, asciende de pronto al trono como Jorge VI de Inglaterra. Su país se encuentra al borde de la guerra y necesita desesperadamente un líder, por lo que su esposa Isabel (Helena Bonham Carter), la futura reina madre, le pone en contacto con un excéntrico logopeda llamado Lionel Logue (Geoffrey Rush). A pesar del choque inicial, los dos se sumergen de lleno en una terapia poco ortodoxa que les llevará a establecer un vínculo inquebrantable. Con el apoyo de Logue, su familia, su gobierno y Winston Churchill (Timothy Spall), el rey supera su afección y pronuncia un discurso radiofónico que inspirará a su pueblo y lo unirá en la batalla.

Fecha Estreno: 17 Febrero del 2011.


Critica:



El Discurso del Rey es una de las grandes películas que nos deja este 2010 y con la que empezamos a oler este próximo año que tantas promesas de buen cine nos trae. En esta ocasión, bajo la batuta de Tom Hooper (el creador de la gran serie americana John Adams), nos llega una producción británica de incalculable valor.
Basada en el defecto físico del rey Jorge VI, el cual desarrolló en su infancia una tartamudez que no fue capaz de superar hasta que no llegó al trono a raíz de la abdicación forzada de su hermano, el monarca Eduardo VIII, quien renunció a sus derechos dinásticos en 1936 al violar una ley eclesiástica real que prohibía que el jefe del Estado y cabeza de la iglesia anglicana contrajese matrimonio con una mujer doblemente casada y doblemente divorciada.
De esta forma, el heredero natural del rey Jorge V abdicó en favor de su hermano menor el cual quiso resistirse a ser nombrado como poder absoluto de un país que él pensaba que lo iba a conocer como “el rey tartamudo”. Su enorme complejo le hizo pasar de ser un hombre débil a convertirse en un monarca fuerte que supo guiar, en compañía de su primer ministro Winston Churchill, los designios de su pueblo durante el trágico periodo de la Segunda Guerra Mundial.
En la película, a este rey Jorge lo interpreta de una manera sublime y perfecta el gran y tremendo actor británico Colin Firth, el cual se confirma como claro merecedor del gran premio que puede otorgar el mundo del cine a uno de sus trabajadores: el Oscar. Otra cosa sería una injusticia total y motivo de clara protesta. No hay otro actor en este año que haya igualado el poder y la convicción interpretativa de este intérprete elegante y con una clase envidiable dotado del acento british que tanto triunfó en la época dorada del cine y que tan conocido ha hecho al cine británico de todos los tiempos.
Hooper narra una trama con una total calidad dramática casi teatral en la que el espectador acompaña al monarca británico en su lucha contra un defecto que le persiguió a lo largo de toda su vida y que tanto le acomplejó. Un terapeuta australiano, maravillosamente interpretado por Geoffrey Rush, es el responsable de que Jorge VI tenga menos inconvenientes a la hora de articular las palabras mientras pronuncia sus discursos, tan importantes en aquella época tan convulsa en la que la lucha contra la Alemania nazi mostraba la importancia suprema de que el Reino Unido se mantuviera unido. Y fue precisamente este rey el que lo hizo.
Él sólo pronunció un discurso que llenó de orgullo a su nación por tener un monarca con firmeza y con mucha seguridad en su pueblo, algo que siempre se le agradeció tanto a él como a su esposa, la Reina Madre (interpretada por Helena Bonham Carter, en un papel alejado de cualquier otro rol en la que la hayamos visto anteriormente) y a su hija, la reina Isabel II, actual reina de Inglaterra.
Un guión preciso, documentado y con frases de oro que resaltan la teatralidad de la película y con fragmentos en el que se nos regalan momentos del mejor humor británico. Una dirección formidable con unos encuadres muy curiosos a la hora de enfocar a ambos personajes, el rey y el terapeuta, cuando inician sus imperdibles diálogos. Una banda sonora envidiable compuesta por el compositor Alexandre Desplat y producida por los hermanos Weinstein, la pareja que fundó Miramax hace ya tantos años y que han sido durante los últimos años, sinónimo de éxito.
Muchos ingredientes en un cóctel histórico que merece la pena ser visto por generaciones y generaciones de personas, que deberán acercarse a contemplar uno de los episodios más conocidos de la Historia Moderna de Gran Bretaña, de uno de sus mejores y más apreciados monarcas. Una película que puede adolecer de algo de lentitud rítmica a la hora de contar la historia, sobre todo en la parte correspondiente al nudo del libreto. Sin embargo,El Discurso del Rey es una de las películas más brillantes y preciosas con las que se puede comenzar el panorama fílmico de 2011.
Yo sólo espero que este año, los Oscar tengan un poco de criterio y premien la calidad por encima de otras apuestas extrañas y poco convincentes, de esas que tanto han reinado este 2010.





http://www.eldiscursodelrey.com/

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